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Ufología: El Caso Manises

25.04.2020

El siguiente caso nos lleva a localidad valenciana de Manises la noche del 11 al 12 de noviembre de 1979, un caso que, días después de haber sucedido, pasaría a la historia mundialmente conocido cómo "el incidente OVNI de Manises".

Uno de los principales protagonistas del suceso, el comandante Javier Lerdo de Tejada, contaba entonces con 34 años y cerca de unas 8000 horas de vuelo en su historial.

Todo comenzó tras el despegue en Palma de Mallorca del vuelo JK-297 a bordo del avión Súper Caravelle de la compañía TAE (trabajos aéreos y enlaces) sobre las 22:45h del 11 de noviembre, tras hacer la primera escala de un viaje que iba a transportar desde Salzburgo (Austria) hasta las Islas Canarias a 109 pasajeros, en su mayoría turistas jubilados.

Eran ya las 23:04 de la noche, cuando volando a 21000 pies, el comandante Lerdo de Tejada y su copiloto, Ramón Zuazu, recibieron una extraña comunicación procedente del control de tráfico aéreo de Barcelona, que los supervisaba, en la que les preguntaban si estaban captando alguna señal de SOS. Según el control de Barcelona, dicha señal procedía de unas 40 millas al noreste de la ciudad de Valencia, cerca de su rumbo. La tripulación del Súper Caravelle captó la señal, pero no pudo dilucidar su origen, por lo que decidieron apagar las luces de la cabina y otear el cielo nocturno.

Tras unos minutos y ya habiendo alcanzado la altitud de 23.000 pies, Francisco Javier Rodríguez, tercer miembro de la tripulación de cabina, advirtió a los pilotos de la presencia de otra aeronave con unas potentes luces rojas, al lado izquierdo de su avión y a una distancia aproximada de 4 millas. Rápidamente después de observar el objeto, el comandante se decide a preguntar al control aéreo de Barcelona si había algún otro "tráfico" cercano, a lo que Barcelona responde con un simple "negativo, no hay nigún tráfico notificado en la zona. Es usted el único en la ruta Ibiza-Alicante".

Comienzan entonces una serie de comprobaciones sobre que podía ser aquel otro tráfico que volaba tan cerca del Súper Caravelle y si era posible evitar un posible incidente con el mismo.

El nerviosismo de la tripulación empieza a aumentar cuando observan atónitos el repentino cambio de altitud de aquella aeronave que parecía colocarse a su altura y luego entre 2,7/2,6 (entre 27 y 26000 pies), por lo que comienzan un ascenso de la cota del altitud del vuelo TAE 297.

Tras observar cómo el objeto no identificado se coloca rápidamente a su misma altitud, el capitán vuelve a comunicar con el control aéreo para indicar literalmente "lo tenemos cada vez más cerca, distinguimos dos luces rojas pero ningún flashing(luces de navegación de los aviones)".

Lerdo de Tejada hace subir al Súper Caravelle hasta la cota 280, unos 28000 pies de altura y el objeto vuelve a subir, pero esta vez mucho más rápidamente.

Al constatar que el objeto seguía situándose a una distancia que violaba las leyes de seguridad aeronáutica y que podía provocar una colisión en cualquier momento, (llegando a estar a menos de media milla de su avión) pasados casi 10 angustiosos minutos de peligrosa compañía de aquella aeronave y visiblemente nervioso, el capitán decide interrumpir su rumbo original y poner rumbo a Valencia, lo que comunica de forma decidida al control aéreo de Barcelona.


Tras un cambio de frecuencia de radio a una más directa entre Barcelona y el TAE 297, el control aéreo pregunta a Lerdo De Tejada si desea que se avise a algún interceptor de la defensa, lo cual es respondido afirmativamente desde el Súper Caravelle.

Mientras tanto, en el control aéreo de Barcelona, tras no detectar nada en sus pantallas de radar, y tras preguntar al control aéreo de Palma infructuosamente, comunican con defensa, también sin resultado alguno sobre la aparición del objeto no identificado, ni en el radar Pegaso de la base de Torrejón, centro de mando del ejército del aire, ni en el EVA-5 situado en la alicantina sierra de Aitana. Al pedir explicaciones, son informados por personal del aeropuerto de Manises, sobre la presencia de hasta tres objetos en sus inmediaciones.

El tiempo seguía corriendo, el TAE 297 comunica que siguen con el objeto cerca a unas 64 millas de Valencia. Finalmente, aproximadamente a unas 10 millas de distancia del aeropuerto de Valencia, el objeto no identificado se retira y deja de acompañar al Súper Caravelle, por lo que la tripulación, más tranquila, decide gastar el máximo combustible antes de aterrizar. 

Se cumplen las 23 horas 50 minutos cuando por fin toma tierra el Súper Caravelle de la compañía TAE en el aeropuerto de Manises-Valencia, siendo la tripulación recibida por el mismísimo director del aeropuerto, Don Miguel Morlán, que años más tarde declararía que los notó "pálidos y descompuestos".

Minutos antes de las 12 de la noche, los pasajeros del vuelo 297 son finalmente desembarcados y realojados en un cercano hotel conocido por muchos valencianos, que en la actualidad todavía existe.

Hotel donde se alojó al pasaje del TAE JK-297
Hotel donde se alojó al pasaje del TAE JK-297

Al mismo tiempo, comienzan a suceder avistamientos de extrañas luces sobre las instalaciones aeroportuarias y las cercanas poblaciones de Manises, Xirivella, Mislata y la propia Valencia, confirmando el avistamiento el personal de la torre de control, personal de pista, militares de la contigua base aérea y hasta el entonces jefe de seguridad del aeropuerto, Don Salvador Tomás.

Sin embargo, la misión militar de interceptación del objeto (llamada scramble en el argot militar) no empezará hasta pasadas las 00:30h de la madrugada, cuando de la base aérea de los Llanos, en Albacete, despega un avión Mirage F1, que era un tipo de avión más adecuado para este tipo de acciones que los veteranos Mirage 3, que sí se encontraban en la base militar ubicada también en las instalaciones de Manises, regresando de vuelta a la citada base, con más incertidumbres que respuestas, cerca de dos horas después. De ésta misión, llevada a cabo por el entonces capitán del Ejército del Aire Fernando Cámara, no se conocerían los detalles hasta el año 1994...

No será hasta la mañana del día 12 de noviembre, tras unos comentarios al entonces ministro de transportes, señor Sánchez Terán, que se encontraba de visita oficial en el aeropuerto, cuando comience a circular el rumor entre los periodistas acerca del incidente acaecido la noche anterior y a partir de ahí eclosione su difusión en medios de comunicación.

Hasta aquí el relato de los hechos, pero ¿ qué sucedió con el avión militar enviado para interceptar al objeto?¿Y qué era aquel objeto?


Como decíamos antes, no fue hasta algún tiempo después, cuándo se empezó a conocer la verdadera magnitud del incidente, descubriendo detalles tales como las declaraciones del piloto militar que persiguió al objeto no identificado o como que desde la torre de control de Manises se estuvieron observando, durante cerca de 2 horas, las evoluciones de los hasta tres objetos anteriormente citados, que camparon a sus anchas por las inmediaciones del aeropuerto y de la base aérea de Manises.

En las declaraciones del citado piloto militar se recogieron datos tales como que el control aéreo militar Pegaso le informó que debía poner rumbo a Valencia, porque se estaban observando extrañas luces sobre la pista del aeropuerto y el puerto de la ciudad. También le informaron de que tuviera preparado el armamento y la luz de identificación de objetivos que disponía su avión.

En cuestión de unos 10/12 minutos llega a la vertical de Valencia a una altura de unos 31000 pies, pero el radar de su Mirage no era capaz de detectar nada. Según las declaraciones del piloto, no fue hasta el momento en el que empezó a dar vueltas a más baja altura sobre Valencia cuándo empezaron las anomalías. Primero, empezó a tener una interferencia en la radio, como algo parecido a una sirena en todas las frecuencias que llegó a probar(muy parecida a la escuchada por Barcelona y el TAE 297), y posteriormente divisó por fin una luz roja cercana a la ciudad del Turia, comenzando entonces la persecución a aquella luz en dirección sur-sureste, luz que rápidamente aceleró hasta desaparer en dirección a África, por lo que el caza puso de nuevo rumbo a Valencia.

De nuevo en la capital del Turia, ni el radar del Mirage ni el del armamento que portaba, eran capaces de ver ningún objetivo, pero el capitán avistó otra luz roja delante suyo a una altura de aproximadamente 20000 pies, por lo que tras comunicar con Pegaso, inició una nueva persecución en dirección a Teruel-Zaragoza, pero el Mirage aún a 1100Km/h, no parecía acercarse al objeto. Pidió permiso para superar la velocidad del sonido con su caza y con ello consiguió acercarse un poco a la luz no identificada, a lo que el citado objeto respondió acelerando más, siendo imposible alcanzarlo con el avión. Para entonces, el mando aéreo militar, ya detectaba algunos objetos en el radar.

Los sistemas de alerta del Mirage, comienzan a avisar al capitán Cámara, de que la aeronave está siendo enfocada ("iluminada") con un sistema de detección de objetivos de los que suelen utilizarse antes del ataque con misiles, posiblemente desde el propio objeto no identificado, lo que en el argot militar se define como un "blocaje". El capitán llega a observar la forma del objeto extraño, definiéndola como tronco-cónica o de copa invertida. Intentó filmar al objeto con los equipos a bordo del Mirage, pero sin éxito, ya que al parecer quedaron como bloqueados, según sus declaraciones.

El libro "Incidente en Manises" de Juan José Benítez, recoge en uno de sus párrafos una información no confirmada ni desmentida hasta la fecha, por ninguno de sus protagonistas, ni el entonces capitán Fernando Cámara ni su interlocutor en el control militar Pegaso de Torrejón, en la que literalmente el piloto del caza pide instrucciones con la pregunta en tono de humor, "¿Entonces qué hago, lo echo de España?"

Pegaso informa entonces al Mirage, que dé la vuelta y se dirija de nuevo hacia Valencia, ya que en la vertical de Sagunto también se está avistando una luz estática e igualmente anómala, por lo que el capitán Cámara pone rumbo a Valencia.

Al llegar a las inmediaciones de la citada vertical de Sagunto, comienza de nuevo a sonar una interferencia en la radio, idéntica a la que sonaba en Valencia y observa una luz blanca que emana de un objeto en forma de disco, que rápidamente acelera para mantenerse a distancia del avión militar e impedir su alcance, alejándose finalmente en dirección hacia Menorca, a mayor velocidad que el Mirage. De nuevo se repite la señal de aviso de "blocaje" como en el objeto anterior.

Ante la imposibilidad de dar alcance al objeto, con el combustible bajo mínimos y siendo su avión "iluminado" por un radar de barrido contínuo como el utilizado en los misiles aire-aire, el piloto del Mirage acuerda con Pegaso el regreso a su base, en la que finalmente toma tierra satisfactoriamente, según el libro de J.J.Benítez "siendo todavía iluminado por el supuesto radar que le blocaba".

Cabe destacar, que en septiembre de 1980 el diputado socialista Enrique Múgica pidió oficialmente una explicación de lo ocurrido al gobierno. La respuesta que recibió el diputado afirmaba que no existía prueba de la existencia física del objeto u objetos, sólo de 'luces', el origen de las cuáles todavía se estaba investigando.

Como comentábamos, no fue hasta el año 1994 cuando se desclasificó el informe del Ministerio de Defensa, en el que se mencionaba, como curiosidad, el avistamiento de un testigo anónimo ese mismo 11 de noviembre de 1979, desde una parada de autobús en Sant Adrià de Besós, en la confluencia con la carretera nacional de Barcelona a Mataró, sobre las 20:15 horas, ante varias personas más que esperaban el autobús. El testimonio afirmó que tres o cuatro minutos después, la zona quedó a oscuras. Incluyó un dibujo en su comunicación al Ministerio.

El citado informe también incluyó una referencia a la noticia aparecida en el diario Pueblo del 21 de noviembre de 1979, sobre el avistamiento de una luz blanca por un mecánico de Sóller(Mallorca), con fotografías incluídas, tomadas la misma madrugada del 11 al 12 de noviembre de 1979.

La conclusión del citado informe fue la siguiente:

"Se confirma la existencia de un tráfico no identificado en la zona, de procedencia desconocida."


Las Posibles explicaciones "racionales" al avistamiento.

Una de las explicaciones propuestas achacaba la procedencia de los objetos a alguna aeronave militar utilizada por la VI Flota de la Armada de EEUU, que realizaba unas maniobras en la zona de Almería en esas fechas, incluso afirmando que el blocaje electrónico del Mirage F-1 procedía de un potente sistema de guerra electrónica estadounidense, desmintiendo ambas hipótesis el propio departamento de Estado norteamericano.

Otra explicación más reciente de los hechos, propuesta por primera vez por la Fundación Anomalía, y recogida en el libro "El expediente Manises" del autor Juan Antonio Fernández Peris, afirma que las luces vistas por la tripulación del Súper Caravelle y del Capitán Fernando Cámara, eran en realidad las llamaradas de las torres de combustión de la refinería de Escombreras, junto a Cartagena. Ese día, la visibilidad era excepcional, lo que combinado con un efecto de inversión térmica, hubiese hecho posible que las llamaradas fueran visibles desde el avión, aparentando estar en el cielo. La tensión y las condiciones atmosféricas anómalas hizo que el piloto del Mirage estuviera predispuesto a perseguir cualquier luz que viera en el cielo, recordando que en esas fechas varios planetas eran visibles y brillantes debido a las condiciones atmosféricas. 

Las interferencias sufridas fueron atribuidas a posibles contramedidas electrónicas por parte de la Sexta Flota estadounidense, que al encontrarse en situación de alerta por la crisis de los rehenes en Irán y queriendo evitar un conflicto diplomático con el estado español, desmintieron tajantemente en su momento. Concretamente se llegó a insinuar que el culpable era el buque porta-helicópteros USS Iwo Jima, controvertida nave equipada con lo último en guerra electrónica, que se encontraba atracada en el puerto de Valencia.

Las reacciones a esas hipótesis "racionales" no se hicieron esperar, declarando en varios medios de comunicación, el que es actualmente Coronel en la reserva Fernando Cámara, piloto del Mirage F1, el no estar de acuerdo con ellas:

- "Conozco muy bien Escombreras, he visto cientos de veces sus llamas desde el aire. El que hace estas conjeturas, es que nunca ha volado un avión, ni sabe lo que estar en el aire. Yo sé muy bien lo que ví! Además esa luz iba en dirección Zaragoza y no hacia Escombreras".

Estas hipótesis tampoco ahondan en las circunstancias que llevaron a decidir por el mando aéreo militar, la salida en "Scramble" de un reactor militar en busca de objetos sólidos, observados visualmente desde tierra, fotografiados y finalmente registrados en el radar.

En la actualidad, los protagonistas del caso que han querido hacer declaraciones en medios de comunicación, siguen sosteniendo que como en el informe del Ministerio de Defensa, el incidente fue provocado por objetos de procedencia desconocida.

Estamos ante uno de los casos de ufología que más impacto ha tenido en la historia, por su trascendencia, sus protagonistas y sobretodo por la conclusión del informe oficial.

Otro de los misterios cercanos...

Texto: © David Dasar 2020

Fotos: © David Dasar; pxhere.com

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